No puede entenderse únicamente como una manifestación artística o deportiva, sino como una representación simbólica en la que el toro bravo —Bos taurus brachiceros, variedad lidia— se convierte en el eje central de una tradición milenaria que integra cultura, genética, manejo, ética y técnica veterinaria.
Desde el punto de vista técnico-veterinario, la corrida de toros es la culminación del proceso de selección y crianza del ganado de lidia.
Este animal, criado bajo un régimen extensivo y en condiciones naturales de la dehesa ibérica, es sometido a una evaluación funcional extrema en la plaza.