Escribió una historia de espionaje.
Ella quiso vivir una.
Aceptaron el juego. Un juego sin tablero, sin instrucciones y sin salida.
Simularon una misión. Tal vez. Tal vez no.
Lo que empezó como una broma entre un escritor agotado y una mujer al borde de la implosión, pronto se convirtió en una espiral — de un casete VHS, de cartas, de ciudades, de piel, de silencio.
Cádiz, Tánger, Venecia, Scopello: cada lugar una trampa, cada carta un código, cada caricia una posible traición.
Entre la ficción y la realidad, entre el placer y la culpa, entre la despedida y el regreso, el narrador se arrastra por carreteras, camas y heridas, buscando a la mujer que aceptó infiltrarse con él — y quizá nunca salió.
Porque hay quienes huyen.
Hay quienes se quedan.
Y hay quienes juegan.
Este libro es para los últimos.